miércoles, 12 de septiembre de 2012

ROBLELLANO.

Sólo fue cuestión de recordar el olor a pino y el sonido de las hojas, un poco más muertas que nosotros, ahora que todo esto ha acabado, crujiendo bajo los pies.
Las miles de estrellas que nos observan desde las alturas, amenazando al sol para que se esconda para siempre, y no nos prive de su belleza un día más.
Nosotros, que durante quince días olvidamos los problemas para transformarnos. Las sonrisas, los abrazos, más necesarios que nunca.
Los acordes de una guitarra acompañados de voces algo desafinadas, pero que salen de dentro, que en el fondo es lo que importa.
Algún que otro nudo en la garganta tras la despedida, un año más, de nuestro pequeño pero gran paraíso soñado.

Sólo fue cuestión de recordar, y surgió lo más bonito que pudo surgir de nosotras aquella fría noche de verano, bajo la luna de agosto.



1 comentario:

  1. Nuestro pequeño lugar del mundo donde estar a salvo, donde ser felices.

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