TAKE ME TO THE BEACH

El agua empieza a mojar tus dedos de los pies, para después recorrer el resto de tu cuerpo con un escalofrío salado. Intentas levantar la vista, pero la luna quema. Quema por no dejar aparecer al sol. Nuestra única luz es el flash de las fotos; y las luces de colores que llenan el paseo marítimo.
No hundas los pies en la arena. Sigue mis huellas. Sí! Esas de ahí. Las más grandes. Y lo pasaremos genial.
Haremos castillos de arena, nos bañaremos hasta que nuestros dedos queden arrugados, jugaremos al volley, escribiremos nuestros nombres en la arena y comeremos Carambars hasta reventar, para recordar aquellos momentos en Francia. Pero sobre todo, lo que haremos, pero que muy bien, será el tonto, vaya. Porque sin hacer el tonto no somos nosotras.
Ahora mismo me alegra que seas tú la que esté sentada a mi izquierda, a 150 km de la playa, mientras comentas que te mareas a causa de las curvas de la carretera, e intentas que paremos aunque solo sea un minuto para poder recuperarte. Piensa que ese minuto se suma a los que nos faltan para llegar y sentir ese olor que tanto nos gusta. No sabría cómo describirlo. Es simplemente... olor a MAR.