Me molesta que me griten, llegar tarde y esperar. También que al sol no le dé la gana dejarse ver una mañana, que me quiten la manta mientras duermo y que no me miren a la cara mientras hablo. Odio los lunes; y la superficialidad. No aguanto las mentiras, a las personas que hacen de la falsedad su forma de vida ni a la gente que utiliza demasiado maquillaje. Tampoco a los que quieren ser lo que no son y no se dan cuenta de lo imbéciles que parecen, ni a los que se merecen mucho menos de lo que tienen. A la sociedad en general. No soporto la Nocilla blanca, las faltas de ortografía ni que alguien pretenda amargarme el día. Me aburren los aburridos, los que creen ser divertidos y no lo son para nada y a la gente que subestima. Odio las sonrisas falsas, la palabra ''esternocleidomastoideo'' y que pronuncien mal mi apellido. Me harta la perfección, sobre todo si va acompañada de arrogancia.
Por cierto, me llamo Alicia Albaladejo... Al-ba-la-de-jo... A-L-B-A-L-A-D-E-J-O...
y me considero una persona demasiado optimista.
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